miércoles, 16 de diciembre de 2009

Obra de teatro de Malena Martín (5º 7ª)

Primeras escenas de Ángeles y demonios

Jony Púa (24 años) es un intento fallido de músico, tiene una banda que suena peor que Metálica tratando de tocar “Mar azul” de Cristian Castro. Pero él sigue intentando a pesar de que no tiene futuro y todos se lo dicen, él esta cegado por sí mismo y no ve la realidad. Manuela Grupi (22 años) lo conoció en uno de sus recitales, ella comenzó a grupear a la banda y terminaron en una relación amorosa. Luego de unos meses de mudarse juntos Manuela Grupi decidió ir a trabajar porque la plata no alcanzaba para pagar nada.

Escena 1

Casa de Jony Púa y Manuela Grupi. Ellos están en el living, mesa de madera en el medio y dos sillas al costado, no hay tele ni muchos adornos, porque a Jony Púa lo desconcentra. Jony Púa está tocando la guitarra tirado en una silla, mientras Manuela Grupi le esta gritando. Jony Pua insiste en seguir tocando la guitarra durante toda la discusión.

Manuela Grupi (totalmente histérica): ¡Vos y tu música me tienen podrida!
Jony Púa (con cara de perro mojado): Pero, mi amor, yo te digo que voy a ser un gran artista, y la gente va a pagar millones para escuchar mi música, nada más está tardando un poco en despegar.
Manuela Grupi (enojadísima, medio llorando): ¿Un poco? ¡¿Me estás cargando?!
Jony Púa: Pero…
Manuela Grupi: Pero, nada, hace meses que me estás torturando con tu música deprimente. Hace años que me venís engatusando con eso de que vamos a ser famosos. ¡¡¡Y lo peor de todo es que te creí!!! (gritando casi al borde del llanto) Yo, como una estúpida, ¡te creí!
Jony Púa (medio sin saber que hacer): Bueno, gordita mía, ya está, no te pongas así.
Manuela Grupi: ¡No! Ya está nada. (tratando de secarse las lágrimas) Está muy lindo lo de la bandita, Jony, pero eso fue hace mucho, ¿por qué no te dejás de joder y te ponés a trabajar?
Jony Púa: Ahh, claro, ¿¿yo tengo que ponerme a trabajar ahora?? ¿Y que te pensás que estoy haciendo? Cuando tenga millones y millones ahí te quiero ver, cómo vas a venir y me vas a decir lo equivocada que estabas. Aparte ¡estoy expresándome! ¡No podés cortar mi inspiración! ¡No es justo!
Manuela Grupi (en un ataque histérico, mientras tanto): Hahah, ¿querés hablar de justo? Hablemos de lo que es justo, sí, sí, ¡hablemos! Porque, claro, es re justo que tenga que pagar todo en esta casa, es justo que no solo trabaje por los dos, sino que también lave los platos, cocine, cuelgue la ropa y, claro, (con ironía) no olvidemos que no es justo, sino re contra re justo que encima te tenga que escuchar ¡¡¡¡poner pretexto para todo!!!! (al borde de asesinarlo) Y por el amor de dios, ¡¿podés parar de tocar esa guitarra?!
Jony Púa (tratando de calmarla, se acerca para abrazarla): Bueno, mi amor, tampoco es para tanto.
Manuela Grupi (grita): ¡¡No me toques!! ¡¡¡Te vas te vas!!! Te vas de mi casa.
Jony Púa (con cara medio enojado, medio arrepentido): Pero, mi cuchuchuchu, no te olvides que este es nuestro nidito de amor.
Manuela Grupi (ya a punto de explotar, gritando como loca): ¡¡¡¡¡Te vas!!!!!

Jony Púa agarra su guitarra y se va medio dolido, medio orgulloso.

Escena 2
Manuela Grupi comienza a sollozar en la soledad de ese living.

Manuela Grupi: ¿Por qué? ¿Por qué tenía que terminar todo así? Yo lo necesito, pero ya no puedo vivir más así (empieza a desesperarse) ¿Qué voy a hacer? (empieza a surgir toda la bronca que tenía guardada y se mezcla con su propia desesperación) Ahaha, lo voy a matar, ¡no! ¡Me voy a matar yo! ¡Estoy harta de todo y de todos no doy más! Dios (énfasis en esta palabra) ¡No doy más!

Escena 3
Entran a escena el Ángel y el Demonio.
El Ángel es un tipo de 20 años, panzón, que le gusta darse la buena vida, su único pensamiento es la comida. Está desalineado siempre y le importa poco su imagen. Es un buen tipo de buen corazón, es muy sentimental, capaz de llorar viendo una película. Tiene rulitos, es muy colgado y se aburre fácilmente, siempre busca la salida fácil y las cosas que requieran menos esfuerzo.
El Demonio es una chica de 19 años totalmente obsesionada con su imagen. Tiene el pelo castaño, largo y con bucles, no es muy alta pero es esbelta. Es una persona egocéntrica , y le encanta que la admiren. Su mayor ídolo es Cruela de Vil, y su objetivo número uno es lograr lo que ella no pudo. Es fóbica a la sangre. Vive estresada porque tiene muchas cosas que hacer.
Al principio, Manuela Grupi no los ve, y ellos comienzan a hablar. Ella trata de buscar de dónde provienen las voces, pero al ver que no hay nadie, Manuela se asusta, se sienta en una silla y se tapa los oídos para tratar de no escucharlos. Comienza a repetirse que no es nada, que debe de ser su imaginación. Ella pretende como si no pasara nada.


Ángel (con una hamburguesa completa en la mano y una coca Light): Naaa, ¿a vos te parece? Justo en la hora del almuerzo se le ocurre matarse a esta. ¿Qué? ¿La gente normal no come? Yo no entiendo.
Demonio: Ay, ¡no te quejes! Que yo justo había encontrado un local con liquidación en zapatos.
Ángel: Pero si ya tenés un armario lleno de zapatos. ¿Para que querés más?
Demonio: Bueno, ¡vos tenés una panza llena de hamburguesas y yo no te digo nada! (viendo que se pone medio triste responde) Ay, perdón, angelito, es que estoy medio nerviosa. Esto del cobrador de impuestos me pone de los pelos.
Ángel: ¿Otra vez endeudada, vos?
Demonio: Bueno, no es mi culpa que hagan liquidaciones de invierno.
Manuela Grupi (sin entender nada, porque escucha las voces pero no los ve, piensa que está loca, finalmente decide intentar afrontar la situación y averiguar de dónde provienen): ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Ay, dios, ¡estoy perdiendo la cabeza! ¡Ya hasta voces escucho!
Ángel: Huy, mirá, (riendo) ¡esta no nos ve!
Demonio: Ay, ¡sí! ¡Qué divertido! ¿Vamos a molestarla, dale que sí?

Empiezan a molestarla, a jugar con ella, a silbarle y merodear por su alrededor, la molestan y Manuela Grupi está asustada. Manuela Grupi intenta hacer como que eso no está pasando, ella siente sus manos, sus silbidos, sus voces y sus gritos, luego de un rato de no poder seguir pretendiendo que eso no está pasando, se levanta de un golpe y grita.

Manuela Grupi: ¡¡¡Ya basta!!! ¿Quién anda ahí?
Demonio: Lo lamento mucho, querida mía, pero si no nos ves, por algo será ¿no te parece?
Manuela Grupi: Entonces, ¿sí existís?
Ángel: Ejem, ejem, existimos, che, no se olviden de mí.
Manuela Grupi: Ay, por dios, ¿son dos encima?
Demonio: Así es.
Manuela Grupi: No tenemos nada de valor acá, así que si vienen a robar, no sé, llévense las sillas, pero no me hagan nada.
Demonio: Jajaj, pero nosotros no venimos a robarte, y tampoco vamos a hacerte nada, no es necesario, porque vos misma lo vas a hacer.
Ángel: Epa, epa, epa, no nos adelantemos, señorita, que no se sabe qué va a pasar.
Manuela Grupi: ¿Qué va a pasar con qué?
Demonio: Uhh, ¡¡esta chica no entiende nada!! Me pone nerviosa.
Ángel: Bueno, pará, hay que explicarle. (dirigiéndose a Manuela Grupi) ¿Como te llamas vos?
Manuela Grupi: Ehhh, ¿yo? (tímidamente) Me llamo Manuela Grupi.
Demonio: Upa, la mataron, pobre piba.
Ángel: Basta, no seas así. Bueno, a ver Manuela, ¿viste Peter Pan?
Manuela Grupi: Sí, todo el mundo la vio a esa.
Ángel: Bueno, esto es más o menos así, para que nos veas tenés que creer en nosotros.
Manuela Grupi: ¿Son hadas?
Demonio: Uhh, ves, esta piba es insoportable, ¿por qué no mejor me dejás encargarme a mí y listo?
Ángel: Pará un poco, ni siquiera me dejaste revisar la heladera, ¡podés esperar!
Demonio: Bueno, está bien, pero que se apure, que vi un vestido divino que me quiero comprar y era el último.
Manuela Grupi: Sigo sin entender nada. (ya más tranquila) ¿Qué tengo que hacer para verlos?
Ángel: Nada más tenés que decir: creo en Tom Hanks.
Manuela Grupi: ¿¿En Tom Hanks?? ¿Qué tienen que ver eso
Demonio (agresivamente): ¿Podés limitarte a hacer lo que te pedimos y listo?
Manuela Grupi (medio reprochando): Bueno, está bien. Creo en Tom Hanks.

Y de repente, de la nada, aparecen el Ángel y el Demonio.